LA ILERA

LA ILERA, así
han llamado desde siempre a nuestro río las gentes de los pueblos de su cuenca.
Es una corrupción de la voz
"glera" -literalmente,
terreno con mucho cascajo-, nombre que también recibe el río Oja por tener su
lecho plagado de
piedras.

Los chiguitos de 'La Ilera' somos unos cuantos riojalteños
que
nos resistimos a sucumbir ante el virus del
urbanita a base de monte, un poco de toponimia típica y un mucho de vino
con
chorizo. La ruralización navega despacio, y hay
un largo camino hasta que uno puede calzarse con dignidad una
boina.

Nosotros
lo acabamos de empezar con ganas de pasarlo bien; porque tomárselo todo a
cachondeo es una cosa muy
seria.



3 de septiembre de 2009

Y vuelta a empezar!!!

Bueno!!! después de muchos dias sin que este blog tenga movimiento alguno, me veo en la obligacion de escribir sobre un tema que nos a tocado muy de cerca; tan cerca que hasta nuestros propios ojos han podido ver como parte de ¨nuestro¨ patrimonio natural se cosumía por las llamas de todavía no se sabe muy bien qué; llamemosle interés, enfermedad o simplemente el afán de muchos de nosotros por hacer daños sin obtener ningun beneficio a cambio; ¨así somos¨.

El caso es que unas 80 ha de pinar, hayedos, robles y monte bajo se han perdido, y ahora ¨vuelta empezar¨; y por descontado que muchos de nosotros no volveremos a ver la zona como estaba antes.

La sociedad y dentro de ella el individuo -en este caso el que escribe- nos vemos afectado o implicados en algo cuando nos toca de cerca ya que lo consideramos propio; pienso que el camino comienza por ahi, pero no deteniendonos en lo que tenemos al alcanze de las manos tratando de ampliar nuestros horizontos y el sentimiento de propiedad, no desde el punto de vista de posesión, sino desde el cuidado, respeto, conservación a todo lo que nos rodea; en este caso nuestros bosques, ríos, plantas, bichos...

Bueno juzguen por ustedes mismos. Una pena la verdad!!

Zona quemada entre la aldea de Posadas y el Llano la casa, parece que la niebla quisiera tapar el desastre.

La vaguada separa la zona quemada, de la zona donde pudieron limitar el paso de las llamas.